Desde MZC consideramos la Educación para el Desarrollo como un proceso educativo, participativo y constante que debe contribuir a:

  • Aumentar el conocimiento e implicación de las fuerzas económicas, sociales y políticas, tanto del Norte como del Sur como causas de la existencia de la pobreza, la opresión, la desigualdad.
  • Desarrollar valores, actitudes y destrezas que acrecienten la autoestima de las personas, para hacerlas más responsables de sus actos.
  • Fomentar la participación en propuestas de cambio para lograr un mundo más justo en el que tanto los recursos y los bienes como el poder estén distribuidos de forma equitativa, en particular las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
  • Dotar a las personas y a los colectivos de recursos e instrumentos que les permita incidir en la realidad para trasformar sus aspectos más negativos.
  • Favorecer el desarrollo humano y sostenible en el nivel individual, comunitario, local e internacional desde la equidad de género.

Se trata de una Educación para el Desarrollo que persigue la trasformación de la sociedad a través de un desarrollo humano social y sostenible, que tiene en cuenta los presupuestos feministas, con el fin de construir sociedades estructuradas sobre bases democráticas y que garanticen la participación ciudadana y la toma de decisiones en condiciones de equidad de género en las esferas públicas y privadas.

Nuestra propuesta de ED se plantea atendiendo a cuatro dimensiones fundamentales que se resumen en el siguiente cuadro:

dimensiones_grandes

 

La estrategia se vertebra en torno a los siguientes ejes:

  • Enfoque de género: La toma de conciencia crítica sobre la realidad mundial no se produce si no se analiza el orden patriarcal y los sistemas de conocimiento androcéntricos. La estrategia de empoderamiento para niñas y mujeres, la reconstrucción de identidades desde la equidad y el enfoque pedagógico coeducativo son aportes necesarios e imprescindibles del enfoque de género en la ED.
  • El Sur en la ED: incluyendo una conexión entre lo local y lo global, trabajando en términos de inclusión y exclusión y de considerando el trabajo conjunto con personas y organizaciones del sur.
  • Resolución pacifica de los conflictos, prestando especial atención a la vinculación entre la construcción de la paz local con la paz global, construyendo una cultura de paz no androcéntrica.